14) El presidente palestino pierde credibilidad, por David Poort

12-01-2009

La popularidad del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, está por los suelos. Muchos palestinos de Cisjordania opinan que Abbas, de 73 años de edad, ya no tiene ni idea de lo que pasa entre su pueblo, ni siquiera en Ramallah la sede de su Gobierno.
Inmediatamente después de las oraciones vespertinas, la plaza central de Ramallah se llena de gente para la manifestación diaria contra la ofensiva israelí en la Franja de Gaza. La multitud corea himnos de combate palestinos: "En nombre de Alá, somos todos palestinos. Muerte a Israel".

De repente, cunde el pánico. Todo el mundo empieza a correr. Los gases lacrimógenos se acumulan sobre la plaza de Ramallah, cuando las fuerzas de orden de la Autoridad Palestina detienen a varios manifestantes. Alguien habrá agitado una bandera de Hamás, algo prohibido por la Autoridad. Tampoco se tolera que se griten lemas a favor de Hamás.

Las fuerzas de seguridad han recibido órdenes del presidente palestino Mahmud Abbas de acortar las manifestaciones. Al cabo de una hora, se limpia la plaza. Los manifestantes tienen que abandonar las calles para dar paso al tránsito. "Abbas quiere demostrar que sigue teniendo el poder", grita Lina, una de las manifestantes de Ramallah. "¡Para mí ya perdió su autoridad con su débil reacción a la guerra en Gaza!".

Aumenta la popularidad de Hamás

La ofensiva israelí sobre Gaza ha aumentado la popularidad de Hamás en Cisjordania. Al mismo tiempo, la Autoridad Palestina pierde cada vez más apoyo. "En las calles hay un sentimiento de unidad entre los palestinos", dice Lina, "pero no nos permiten demostrarlo al alentar a Hamás. Abbas sólo habla y no hace nada. Hamás dirige ahora la resistencia contra Israel", según la mujer palestina.

El presidente palestino está entre la espada y la pared. Israel y Estados Unidos lo han presentado como el líder moderado de un futuro Estado Palestino. Un acuerdo sobre ese Estado tendría que haberles quitado fuerza a sus rivales de Hamás. Pero, al haber fracasado la último ronda de conversaciones de paz -hace dos años- Abbas está con las manos vacías.

En el 2005, Mahmud Abbas fue elegido presidente para un plazo de cuatro años. Su mandato terminó oficialmente el 9 de enero pasado, pero Abbas se niega a renunciar y dice que permanecerá en su puesto hasta el 2010.

Reacción tardía

Junto a la plaza municipal de Ramallah hay una tienda grande llena de alimentos y mantas; material de ayuda humanitaria que la Organización de las Naciones Unidas tranportará a Gaza. Es una iniciativa de la población de Ramallah, no de la Autoridad Palestina.

Por su parte, hace unos días, la Autoridad Palestina inició su propia acción. La tienda que colocó el gobierno palestino está a poca distancia de la de la ONU, pero casi nadie lleva cosas. Amjad Taweel, del Centro para la Juventud Palestina en Ramallah dice que la Autoridad ha copiado su idea, pero que llega demasiado tarde.

"Al comienzo de la guerra, la Autoridad ha cometido un error muy grave", explica Taweel. "Todo el apoyo para Gaza era considerado como apoyo a Hamás y no es así. Abbas tenía que haber reconocido que todos los palestinos sufren las consecuencias de la ocupación israelí. No soy partidario de Hamás, todo lo contrario, pero apoyo a mis hermanos en Gaza", dice.
Presidente en entredicho
Inmediatamente después del comienzo de la ofensiva contra Gaza, el presidente Abbas responsabilizó de todo a Hamás. Si Hamás hubiese prolongado el alto el fuego, Israel no habría tenido ningún pretexto para comenzar la ofensiva, argumenta el presidente palestino.

Pero muchos palestinos no comparten esa opinión y le reprochan a Abbas que en esta crisis no apoye incondicionalmente a la población de la Franja de Gaza. Según ellos, sólo hay un motivo para explicar la guerra en Gaza: la ocupación israelí de los territorios palestinos.
Traducción: Ingrid de Vries.